Istmo es la historia de Orlando, un traductor que trabaja desde su casa para un festival de cine; traduce del español viejas películas latinoamericanas. En su vida paralela es un “influencer” en un día a día ritual y monótono, caracterizado por pequeñas manías, hemicráneas y pesadillas nocturnas. Su casa es un laberinto, una jaula de la que no sale nunca; su día a día: un sistema autosuficiente con respecto al mundo exterior. Orlando vive con Amad, su compañero de piso, una figura enigmática con la que está constantemente en conflicto y que se revelará con una identidad inesperada. Se alternan en la órbita del protagonista personajes pintorescos y misteriosos, pinceladas de su pasado, figuras de contraste y evocaciones de un futuro por descubrir; entre esas, Antonia, su jefa de trabajo, con la cual tiene una relación aparentemente solo laboral, pero que será para él una maestra de vida.  Solo Marina, una rider que le lleva la comida a domicilio, conseguirá abrirle nuevos horizontes hacia el exterior, en el momento en que la vida de Orlando se encontrará en un bivio. La película es un himno a la vida y a la posibilidad de experimentarla plenamente, “viviéndola desde cerca”. Istmo: simbología geográfica que separa y une, un confín sutil con el infinito y con la existencia.